En solo diez días, el cambio climático provocó más de 1500 muertes en Europa
Investigadores de Londres analizaron el impacto de las altas temperaturas en doce ciudades y el rol del calentamiento global.
El verano europeo es un infierno. Las temperaturas sin precedentes provocaron miles de muertes, el cierre de actividades turísticas y una oleada de incendios forestales. En este contexto, un estudio realizado por el Imperial College de Londres y la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres examinó el impacto del calor extremo en doce ciudades durante un periodo de diez días. Los resultados son contundentes: de las 2300 muertes asociadas a la ola de calor entre el 23 de junio y el 2 de julio, 1500 se atribuyen directamente al cambio climático. Se trata del primer estudio rápido que estima la mortalidad vinculada a este factor estructural y determinante.
Con registros meteorológicos históricos, los investigadores calcularon la intensidad del calor si la humanidad no hubiera quemado combustibles fósiles y la temperatura de la Tierra no hubiera aumentado 1,3 grados. Luego, evaluaron la correlación entre las temperaturas extremas y el aumento de la mortalidad diaria. De esta forma concluyeron que el 65 por ciento de las muertes ocurridas en ese período de diez días no habrían ocurrido en un mundo sin emisiones de carbono.
Las ciudades analizadas fueron Atenas, Barcelona, Budapest, Frankfurt, Lisboa, Londres, Madrid, Milán, París, Roma, Sassari (Cerdeña) y Zagreb. Durante esos diez días, las autoridades activaron alertas y los servicios de salud y emergencia colapsaron ante el aumento de casos por golpes de calor y descompensaciones producto de la deshidratación.
El calentamiento global no afecta por igual a toda la población. Las altas temperaturas tienen un efecto especialmente perjudicial en aquellas personas con problemas de salud preexistentes como enfermedades cardíacas, diabetes y problemas respiratorios. Estos grupos son los más propensos a sufrir consecuencias letales durante una ola de calor. El estudio confirma, además, que los adultos mayores fueron los más perjudicados: aquellos con edades por encima de los 65 años representaron el 88 por ciento del exceso de muertes. Sin embargo, el calor extremo también puede ser letal para otros grupos etarios. De hecho, casi 200 fallecimientos fueron de personas de entre 20 y 65 años.
Un asesino silencioso
A diferencia de otros fenómenos extremos como inundaciones o incendios forestales, las olas de calor no dejan huellas visibles. Su impacto es silencioso, pero letal. Según la Organización Mundial de la Salud, entre 2000 y 2019 se registraron anualmente 489 mil decesos a causa del calor extremo a nivel mundial. Además, el número de personas expuestas a este tipo de aumenta exponencialmente en todo el planeta debido al cambio climático.
El estudio del equipo británico pone en evidencia la gravedad y delicadeza de la crisis climática actual. Tal es así que, un aumento de tan solo dos o tres grados en la temperatura, puede significar la diferencia entre la vida y la muerte para miles de personas. El informe detalla el número de decesos y dicta que el cambio climático fue la causa de 317 de las muertes estimadas por exceso de calor en Milán, 286 en Barcelona, 235 en París, 171 en Londres, 164 en Roma, 108 en Madrid, 96 en Atenas, 47 en Budapest, 31 en Zagreb, 21 en Frankfurt, 21 en Lisboa y 6 en Sassari.
Estas cifras se producen en un contexto sin precedentes. Según Copernicus (el Programa de Observación de la Tierra de la Unión Europea) junio de 2025 fue el mes más caluroso jamás registrado en Europa occidental. El cambio climático genera que los fenómenos extremos sean cada vez más frecuentes e intensos. En este aspecto, los científicos advierten que, si no se reducen drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero, la situación se agravará. Es decir, las temperaturas continuarán subiendo, al igual que el número de muertes.
Por Santiago López
Estudiante de la Licenciatura en Comunicación Social de la UNQ.