El SIBO de moda: especialistas advierten que el sobrediagnóstico oculta otras enfermedades
Los pacientes llegan al consultorio con síntomas y el pedido de un test. Algunos médicos buscan dar respuestas rápidas y no evalúan qué otras cosas pueden suceder.
Desde la pandemia hasta la actualidad el SIBO está siendo muy difundido en redes sociales y, según los especialistas, no es algo nuevo sino que es una alteración ya conocida por la medicina desde hace, al menos, cien años. “Las molestias intestinales acompañan la vida de las personas desde siempre. Ahora son más conscientes de sus síntomas y llegan al consultorio con su malestar y con el pedido de un test de SIBO. Te podría decir que el 80 por ciento de las consultas son por este motivo”, cuenta Mario Donatelli, jefe de Gastroenterología del Hospital Universitario Austral, a la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ.
Así, la demanda específica por un presunto crecimiento excesivo de bacterias aumentó considerablemente, pero el problema no viene sólo de los pacientes y su sobreinformación. “También pasa que muchos médicos prefieren no decir que la persona tiene un intestino irritable o una cuestión alimentaria; les es más fácil hacer un test del aire y dar un antibiótico, pero la realidad es que hay un sobrediagnóstico gigantesco respecto al SIBO”, afirma Fabio Nachman, jefe del Servicio de Gastroenterología de la Fundación Favaloro, a la Agencia. El test del aire consiste en espirar en un dispositivo para medir el nivel de hidrógeno y metano, gases provocados por el SIBO, que contiene la exhalación.
De esta manera, hay muchas enfermedades o intolerancias que quedan tapadas por un diagnóstico erróneo, como el síndrome de intestino irritable, intolerancias a algún tipo de alimento o problemas relacionados con el estrés. Según explica Nachman, expresidente de la Sociedad Argentina de Gastroenterología, el cuadro de SIBO, descrito hace más de un siglo, se aplica en pacientes que tienen antecedentes quirúrgicos, problemas de movimiento en el intestino delgado y, por lo general, es una paciente que tiene mala absorción y, por ende diarrea.
“Es más, muchos pacientes con constipación son diagnosticados con SIBO. Hay muchas otras enfermedades o condiciones que deben ser identificadas por el médico mismo. A esto se le suma que el estudio para dar con el diagnóstico del sobrecrecimiento bacteriano es imperfecto”, dice. Sucede que, en sus términos, los parámetros para detectar el SIBO aún no están establecidos y el estudio es de baja especificidad y sensibilidad.
Pero, ¿qué pasa si hay sobrediagnóstico y sobreinformación? Los especialistas coinciden en buscar un médico que escuche a los pacientes y les haga varios estudios para dar con el problema; trabajar de manera coordinada con nutricionistas puede ser otra opción y, como siempre, evitar el sedentarismo.
Más consultas por el cáncer de colon
A su vez, Donatelli define que hay una mayor toma de conciencia respecto a todo lo que sucede en el sistema digestivo. “Si hablamos de aumento, lo que se incrementó fueron las consultas por la prevención del cáncer de colon. Antes había que convencer a los pacientes de que se hagan chequeos, ahora hay muchísimas consultas espontáneas de personas de entre 45 y 50 años”, relata a la Agencia.
El cáncer colorrectal (que abarca tanto el de de colon como el de recto, según donde se origine) es el segundo más predominante en Argentina, por detrás del de mama. El colon es la primera parte y la más larga del intestino grueso. Este, a su vez, es la última parte del sistema digestivo. Este tipo de cáncer suele afectar a adultos mayores, aunque puede ocurrir a cualquier edad.