Dr. Rubén Sosa: “La infancia no está contemplada en esta pandemia”
El pediatra dijo que los chicos fueron las grandes víctimas y que muchos tratamientos se vieron interrumpidos por no poder salir. Además, pidió la “caída” de las patentes para que se pueda hacer una vacunación masiva.
“Los chicos han sido las grandes víctimas de esta pandemia porque, sin padecer la enfermedad gravemente, son los que no fueron al colegio, son los que tuvieron que estar encerrados, son los que no se pueden vacunar, son a los que se le murieron los abuelos o los padres”, aseguró el médico pediatra Dr. Rubén Sosa, al ser consultado por La Ciudad sobre cómo afectó a los más pequeños este año y medio en el que el Covid-19 acecha a todo el planeta.
“La infancia no está contemplada en esta pandemia -agregó- el hecho de que no se enfermen no significa que no les cause daño”.
La atención pediátrica también se vio alterada en su normal funcionamiento, al punto tal que el propio Sosa la calificó como “un antes y un después”. “No tenemos la libertad de que los padres puedan intercambiarse en el cuidado en la internación, tenemos que hisoparlos cada vez que cambian”, agregó a modo de ejemplo.
Además, otros factores que hacen a la recuperación de los niños también se vieron alterados, como por ejemplo la loable labor de los titiriteros, los payamédicos y los integrantes de “Alegría Intensiva”, sumado a que tampoco los chicos pueden tener contacto con sus pares internados.
“Esta pandemia ha causado una alteración muy importante en la salud mental de la población y, además, 30% de los chicos que han venido a mi consultorio están excedidos de peso; son factores que llevan a la obesidad, con todas las alteraciones que genera esto”, manifestó Sosa.
Retroceso en tratamientos
Muchos chicos que están en tratamiento y se tuvieron que quedar “puertas adentro” también fueron los más afectados por el encierro provocado por la pandemia. Un ejemplo de ello son los chicos con autismo que, según estudios científicos, han retrocedido en su evolución porque perdieron una serie de pautas que habían adquirido.
“Para ellos, el salir y la terapia son fundamentales. A muchos la virtualidad los ayudó, pero muchos no han podido cumplir con sus tratamientos, por eso el reclamo lícito y actual de los padres de chicos con discapacidad, que piden que sean vacunados para poder hacer sus terapias”, expresó el doctor Sosa.
Lo que vendrá
Con respecto al futuro, Sosa dijo no ser muy alentador porque “cuando una enfermedad logra un ‘nicho ecológico’ con mucho poder mutágenico, es poco probable que desterremos al coronavirus y a todas sus variantes” y planteó que la única solución posible es la vacunación masiva.
“No van a alcanzar las letras del alfabeto griego para nombrar a sus mutaciones. Cuando una enfermedad lo logra instalarse y con gran poder mutagénico es poco probable que podamos desterrarla sin vacunaciones masivas”, remarcó.
En ese sentido, hizo hincapié en que las vacunas deberían ser declaradas “patrimonio de la humanidad” y que “deberían caerse las patentes, para ser fabricadas abaratando los costos, y que puedan ser aplicadas en forma masiva, si no, este virus nuevo, que ya tiene su nicho ecológico, va a seguir mutando y pasando de un lugar a otro”.
En cuanto a lo social, el Dr. Rubén Sosa manifestó que los problemas más grandes también se ven “en los negocios cerrados, en las frustraciones de las personas, en las esperanzas perdidas”. “Todo esto genera una gran depresión; por eso insisto en que ésta no es una pandemia de virus, sino una pandemia de salud mental y de las alteraciones de la conducta”, sentenció.
Falta de estimulación
La pandemia sigue su curso y aún es prematuro determinar cuánto cada niño la falta de estimulación y contacto social.
“Tengo chicos de tres años con diagnóstico probable o sospecha de autismo y, a veces, no podemos saber si esta criatura tiene estas actitudes o conductas porque no ha tenido contacto con otros chicos o porque tiene un trastorno”, explicó Sosa, quien remarcó que a su consultorio van muchos chicos de dos años o tres que no hablan, que cumplieron a “rajatabla” con el aislamiento y que su única compañía fue una pantalla.
“Lo que hay que hacer es hablar mucho del tema, comunicarnos, y no ser antivacunas, porque es el único recurso que tenemos para frenear esto”, completó el doctor.
“Cuando hay vacunas, la responsabilidad ya no es de la gente, sino que es de los gobiernos, de todos, no hablo de éste. Se culpabiliza mucho a la gente cuando en realidad, una vez que existe una vacuna esa responsabilidad pasa a los gestores de Salud”, aseguró.
Consejos
Finalmente, consultado sobre las recomendaciones que daría a los padres para que los efectos de la pandemia sean “menos duros” con los chicos, Sosa sostuvo que hay que evitar lo más posible las pantallas, “aunque suene paradójico decirles esto y después que el sistema los mande al Zoom” para tener clases.
“También es importante tener una alimentación equilibrada, pero eso también es paradójico, porque el 50% no tiene qué comer”, sostuvo.
“Cuando yo doy este tipo de recomendación a un paciente me siento muy mal –aclaró- porque aumentó la pobreza con la pandemia y, dar una recomendación de que se alimente bien, es muy paradójico”.
“También hay que estar atento a las conductas alimentarias, sobre todo de los adolescentes, porque es uno de los problemas gravísimos que estamos viendo, junto con la tendencia al suicidio. Hay que estar atentos a los mensajes de los chicos”, concluyó el doctor Rubén Sosa.