Caminos y Sabores vuelve a Buenos Aires: aromas, texturas y turismo en la feria que celebra la diversidad gastronómica
Una cita obligada para emprendimientos de alimentos, bebidas y artesanías, y también una vidriera vital para ciudades y regiones que encuentran en sus sabores una forma de decir quiénes son.
Durante cuatro días, el corazón de Buenos Aires se llenará de aromas, texturas y acentos que recorren todo el mapa argentino. Caminos y Sabores no es solo una feria gastronómica: es una celebración del sabor como territorio común, un encuentro entre productores, cocineros, artesanos y curiosos que buscan más que solo un buen queso o una copa de vino.
Esta feria gastronómica propone un recorrido por los sabores y aromas de Argentina desde un solo lugar. Con más de 500 productores presentes y actividades para todo público, la feria promete una experiencia sabrosa, federal y llena de historias por descubrir. ¿Qué encontrar? Desde el salame de llama y dulce de cayote hasta productos frescos de mar como centolla y mejillones, atravesando también los alfajores y vinos de este a oeste.
Como el nombre del evento lo indica, la feria está organizada en caminos temáticos —del vino, del aceite, de los dulces, de las infusiones, de los frutos de la tierra— que invitan a recorrer Argentina desde lo sensorial.
Además de los circuitos con stands, otro de los espacios más convocantes de este evento es el de las clases de cocina en vivo, donde chefs reconocidos y cocineros regionales se suben al escenario para mostrar técnicas, contar anécdotas, defender ingredientes y —por qué no— repartir algún bocado entre el público.
Un mercado federal y un patio de comidas con más de 70 opciones
Caminos y Sabores edición BNA ofrecerá otro año más un abastecido patio de comidas con más de 70 opciones, ideales para todos los gustos y bolsillos: almorzar, merendar o disfrutar de alguna bebida será parte de la experiencia que se puede vivir en el marco de esta feria.
Consagrada también como “El Gran Mercado Argentino” porque destaca por la posibilidad de adquirir productos que de otra forma quizás no llegarían a Buenos Aires, este evento federal busca promover e incentivar el sector alimentario y productivo a lo largo y ancho del territorio argentino. Muchos visitantes ingresan con su carrito de compras y se llevan aceites de oliva, mieles patagónicas, alfajores artesanales, chacinados de Tandil o vinos de pequeños viñedos que no llegan al circuito comercial tradicional.
Así, además de una feria, se trata de una vidriera comercial de alto impacto, donde los emprendedores encuentran la oportunidad de potenciar su marca, ampliar su red de contactos y generar nuevas oportunidades comerciales.