Según datos del boletín epidemiológico nacional, en lo que va del 2025 las enfermedades respiratorias agudas aumentaron un 20 por ciento en comparación con el mismo período del 2024. El virus de mayor circulación viral corresponde a Influenza, seguido por el Virus Sincicial Respiratorio (VSR) y el coronavirus. Algo similar ocurre con los casos de neumonía que crecieron un 21 por ciento. Especialistas de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR) advierten que, si bien este aumento se mantiene por debajo de los niveles epidémicos, los casos podrían incrementarse aún más durante los próximos 3 meses. En este sentido, llaman a las poblaciones de riesgo a vacunarse.
Las enfermedades respiratorias agudas se producen en las vías respiratorias y son causadas principalmente por virus, como Influenza (responsable de la gripe), el SARS-CoV-2 (coronavirus), el Virus Sincicial Respiratorio, el rinovirus y el adenovirus. Las enfermedades se caracterizan por comenzar de forma repentina, duran menos de 2 semanas y afectan desde oídos, nariz y garganta hasta los pulmones.
En lo que va del año, el Influenza predomina y afecta principalmente a los niños mayores de 5 años hasta adultos jóvenes, mientras que en los adultos mayores de 50 años prevalece el VSR y el coronavirus. Además, la Asociación sostiene que estos tres agentes más el Neumococo son causales de infecciones respiratorias graves que requieren internación.
“En los meses fríos tendemos a hacinarnos, calefaccionar, cerrar las ventanas y, por ende, no hay ventilación. Esto implica que no haya recambio de aire y, si una persona tiene síntomas respiratorios y es portador de un virus, puede contagiar muchísimo más fácil. Además, las personas no utilizan barbijo y esto favorece la proliferación de virus en medios de transporte, hospitales, lugares de trabajo y demás. A esta mayor circulación, se le suma las bajas tasas de vacunación que tenemos y que desencadena en una poca prevención“, explica Laura Pulido, neumonóloga y excoordinadora de la Sección de Infecciones Respiratorias de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria, a la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ.
Así, desde la Asociación llaman a reforzar la prevención en adultos mediante la vacunación y el seguimiento de síntomas. A su vez, advierten que durante el invierno de 2024, se registraron picos inusualmente altos de infecciones respiratorias, lo que estresó al sistema de salud en varias regiones del país.
“Después de la pandemia, dudosamente la gente perdió la confianza en las vacunas. Digo ‘dudosamente’ porque tuvieron éxito. Los datos muestran que el primer año de uso de las vacunas contra la COVID permitieron salvar entre 14 y 20 millones de vidas en el mundo. Sin embargo, las personas no solo dudan de las vacunas de COVID sino del resto de las vacunas“, explica Daniela Hozbor, doctora en Ciencias Bioquímicas, a la Agencia.
Y continúa: “Esto se debe a varios factores, la falta de campañas de información, que no se esté aplicando la ley en términos de mayor accesibilidad a las vacunas. En varias provincias se redujeron los vacunatorios y hay menos horarios para asistir a ellos. También, si bien no prevalecen en Argentina, están en aumento los movimientos antivacunas. Si no hay una voz con evidencia que trabaje sobre esos grupos donde prevalece más la opinión que la evidencia, dejan que avancen y eso impacta en la vacunación”.
Por su parte, Pulido aporta: “Incluso hay mala información sobre el objetivo de las vacunas. Acordémonos que no nos inmunizamos para no tener la enfermedad, sino para prevenir sus formas más graves. Y, además, uno no sólo se vacuna para protegerse a sí mismo, sino también para si uno tiene el virus, no contagiar al resto. Es decir, es un efecto colectivo: nos inmunizamos por nosotros y por los demás. ¿Quién no tiene alguien vulnerable ante enfermedades como un menor de 2 años o un mayor de 60 que no puede acceder a la vacunación por alguna patología?”.